Thursday, May 17, 2007



Cierro los ojos para no dejar salir más lágrimas. El estómago encogido.
Un nudo en la garganta me impide pronunciar palabra. Mis brazos están ansiosos de un abrazo. Mi mente desea la cura de mi locura.
Quiero gritar.
Gritar hasta quedarme afónica.
Pero… ¿ Qué grito?
Necesito desbloquearme. Dejar que todo fluya. Lograr centrarme bajo la gran presión que existe ya. Tengo que lograrlo.
Ha llegado el momento de la primera arcada. Eso es malo. Muy malo.

Tengo que irme. Marcharme a mi nube. Espero encontrarme allí contigo para olvidarme y evadirme de esto…pero sin embargo me engaño diciéndome que pronto llegará el día en el que la presión se desvanezca. Y pueda saltar, gritar, reír a gusto sin que nada me corte de repente. Utopía eterna, acércate un poco más.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

A veces sentimos la necesidad de vomitar lo que nos carcome por dentro y no encontramos la forma o donde ponerlo.

LLora y grita si asi vomitas todas esa impotencia, ese ansia, que no te deja en paz. Aunque no me guste decirlo, y sea triste, tus palabras transmiten muy mucho, rebosan vida, y en cierta manera quien lo lea se verá identificado.
Cuando me come la ira y la impotencia, entre otros sentimientos cautivos y asperos, trato de recomponerme. Plantarle cara al dolor y decirle basta, en un ejercicio inútil. Hay tiempos de risas y algodón, como también hay tiempos de aguaceros y lijas. Igual que no evitamos la risa, no debemos temer al dolor,ni forzar eso que nos duele y engañarnos como si así no fuese a doler. No huyas porque te volverás a encontrar contigo y con tus recuerdos,con tu nuca. Mario Benedetti nos susurró una vez "El olvido está lleno de memoria". No pudó describir mejor esa etapa de transción, de desintoxicación amorosa.
Pasé lo que pasé, llueve, duela o rías, pasará...LLegará el día que no dolerá más.

Lo único malo que tendrá el día en el que ya no te duela tanto, que no escribirás cosas así, tan sencillas y llenas de pura vida.

3:45 AM  

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